Punto de Cultura, del Brasil de abajo hacia Arriba, importante trabajo cultural -8 de 8-

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Compartido por:
Red Nacional de Gestores Culturales
Resumen enviado por
Lic. Max Araujo
Ex Vice Ministro de Cultura
22 de marzo de 2018

Y, sobre todo, del deseo de que las cosas necesitan cambiar y de apercepción de que las cosas están cambiando, pues los de “de abajo “ya no quieren ser gobernados como antes. Los Puntos de Cultura potencializan ese proceso de mudanza. Y lo hacen porque expresan la cultura en sus dimensiones ética, estética y de la economía. El punto de Cultura no se enmarca en lo formal; ni es erudito ni es popular; tampoco se reduce a la dimensión de la “Cultura y ciudadanía” o de la “cultura e inclusión social”.

PUNTO DE CULTURA es un concepto. Un concepto de autonomía y protagonismo sociocultural. En la que dimensión del arte, va más allá de la exaltación de un arte ingenuo y simple, como si al pueblo correspondiese tan solo al lugar de la artesanía y de lo no elaborado con los cánones del buen gusto. Por el contrario, busca sofisticar la mirada, aguzar los oídos, escuchar el silencio y ver lo que no es mostrado.

Los Puntos de Cultura tienen que mostrar y quieren hacerlo a partir de su propio Punto de vista. Punto de Cultura también es una contribución para ejercicios de descubrimiento, tolerancia y respeto mutuo.

El programa Cultura Viva tiene el carácter de una política pública constructivista, fenomenología. Es simple, envuelve la observación de la vida; y es en la simplicidad donde busca la construcción de consciencia. –En este proceso de elucidación de la conciencia, busqué referencias en Hegel, Marx, Husserl, Merleau-Pnty, Pulo Freire-. Sin imponer modelos, el programa busca desencadenar procesos de aprehensión de sentidos a partir de vivencias que pueden develar la estructura de la conciencia en tanto que intencionalidad. Husserl señala que la conciencia no es una substancia (alma), sino una actividad constituida por la imaginación, la pasión, la percepción.

Más allá de la actividad natural, de cierta forma ingenua, irreflexiva, se busca, a partir de sucesivas reducciones, develar sentidos partiendo de experiencias vividas.

  1. ¿Cómo se concibió en Programa Cultura Viva?

“El programa Cultura Viva fue concebido como una red orgánica de gestión, agitación y creación cultural y tendría por base de articulación el Punto de Cultura”.

Al observar el logotipo del programa Cultura Viva y del Punto de Cultura, se percibe esta integración y complementariedad: el Punto representado por una figura humana de brazos abiertos (en referencia al “Hombre de Vitruvio”, de Leonardo da Vinci), y el del programa Cultura Viva promoviendo la integración de esas figuras humanas, que se encajan y se conectan.

  1. ¿Cómo funciona el programa Cultura Viva?

Ese es el concepto. Las acciones del Programa Cultura Viva funcionan como centrales eléctricas, irrigando los

Puntos con nuevos cuestionamientos de ideas. Un “tercer conjunto” en un tejido infinitamente compuesto a partir de puntos, antes aislados, que se perciben integrantes de algo más amplio. Así el programa permanece inacabado. “donde hay vida hay incompletitud”, decía Pulo Freire. Si Punto de Cultura es la simplicidad, el programa Cultura Viva es la complejidad: y ambos se complementan, integrando un tejido común, que va más allá de las determinaciones y azares.

Son las acciones e interacciones del programa Cultura Viva las que hacen que él mantenga ese carácter subversivo en la relación entre Estado y Sociedad, en el aparato interno del Estado, junto a las organizaciones y movimientos sociales (que pasan por muchos cambios internos cuando participan de la red de Puntos de Cultura y, sobre todo, en el proceso de cuestionamiento creativo de la propia cultura. Más que la construcción de predios o la simple transferencia de recursos a las organizaciones culturales, el objetivo es intensificar la interacción entre los sujetos y su medio, dando sentido educativo a la política pública y promoviendo el desarrollo a partir de la apropiación colectiva de conceptos y teoría. Un programa constructivista, o fenomenológico, que tiene por principio el compartir de ideas y valores. Compartir que ocurre por la división de lo sensible, trayendo un fuerte componente de encantamiento y magia, potencia y afecto. En el discurso de posesión del ministro Gilberto Gil (enero de 2003) este deseo ya está presente: “… aclarar caminos, abrir claros, estimular, abrigar.

Hacer una especie de do-in antropológico, masajeando puntas vitales, pero momentáneamente despreciados o adormecidos, del cuerpo cultural del país.

  1. Tres conceptos fundamentales del Programa:

Buena parte de los gestores de los Puntos comprendió y asimiló el trípode conceptual del Programa: autonomía, protagonismo y empoderamiento, y lo defienden con claridad, creando una relación de participación y militancia con el Punto de Cultura.

Este otro modo (empoderado, autónomo y protagonista) de relacionarse con la política pública puede resultar en una nueva forma de ciudadanía y democracia, más sustantiva. Percibo, igualmente, el nacimiento de un nuevo movimiento social, cuyos indicios ya ganan formato con la Comisión Nacional de Puntos de Cultura y las comisiones estatales teniendo por base la defensa de intereses específicos y la difusión de valores.

Tomado del documento: Punto de Cultura El Brasil de abajo hacia arriba. (Turino, 2011).

 

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