Compartido por:
Red Nacional de Gestores Culturales
Resumen enviado por
Lic. Max Araujo
Ex Ministro de Cultura
20 de marzo de 2018
Entre tanto, los convirtió en gueto, apartándolos de un movimiento por cambios en un sentido más amplio. Habitualmente excluidas de las políticas públicas, con el Punto de Cultura las expresiones tradicionales se afirman como sujetos diferenciados en la forma de hacer política. El programa Cultura Viva aproxima esos diversos movimientos, aquí clasificados en tres grupos:
Esa aproximación no ocurre para que un campo hegemonice a otro, ni para unificar formas de expresión y de organización, sino para que se conozcan y se ejerciten en la tolerancia, auto-educándose en la convivencia en red. Cuando los todo-poderosos gobiernan con la sinrazón y sin límites.
El entrelazamiento de sujetos sociales y su desarrollo con autonomía, protagonismo y empoderamiento se completan. La agenda de estímulos del Programa Cultura Viva puede generar una nueva forma de hacer política pública y una nueva forma de cultura política. Esta concepción crea posibilidades de construcciones colectivas, hechas en el proceso de su desarrollo. Diferente al de los viejos caminos que, aun cuando se presentan como nuevas, están previamente definidos en las cartillas de gestión, planeamiento y gerencia para la administración pública, el programa.
“El programa Cultura Viva fue concebido como una red orgánica de gestión, agitación y creación cultural y tendría por base de articulación el Punto de Cultura”.
Si el punto de cultura es el punto (base) de apoyo, el programa Cultura Viva es la palanca. Corazón y pulmón palpitando en cadencia, activando un flujo continuo de vida. Como parte de un sistema vivo, el Punto de Cultura funciona como sedimentador y aproximador de iniciativas y acciones y son esas acciones las que garantizan la vitalidad del sistema, alimentándolo constantemente con nuevas ideas y quehaceres. Esta concepción de sistema vivo hace que lo uno y lo múltiple sean complementarios y, al mismo tiempo diversos.
Las acciones del programa Cultura Viva funcionan como centrales eléctricas, irrigando los Puntos con nuevos cuestionamientos e ideas. Un “tercer conjunto” en un tejido infinitamente compuesto a partir de puntos, antes aislados, que se perciben integrantes de algo más amplio.
Si Punto de Cultura es la simplicidad, el programa Cultura Viva es la complejidad; y ambos de completan, integrando un tejido común, que va más allá de las determinaciones u azares. Son las acciones e interacciones del programa Cultura Viva las que hacen que el mantenga ese carácter subversivo en la relación entre Estado y Sociedad, en el aparato interno del Estado, junto a las organizaciones y movimientos sociales (que pasan por muchos cambios internos cuando participan de la red de Puntos de Cultura y, sobre todo, en el proceso de cuestionamiento creativo de la propia cultura.
El concepto y la teoría del programa Cultura Viva y de los Puntos de Cultura es el resultado de un proceso continuo, en el que se amalgaman la experiencia personal, el acto de hacer, la lectura y el intercambio de ideas.