Por:
Brenda Lara Markus*
Actriz y locutora
Miembro de la
Red Nacional de Gestores Culturales
Todos estos aspectos son parte de la hibridez cultural que se vive en Guatemala, un proceso que ha llevado ya varias décadas y que viene de la mano con esa lucha constante que se vive contra la dominación colonial que continúa empujando, no solamente aquí sino en el resto de Centroamérica y en el sur. Esto es visible a partir de los procesos políticos actuales que podrían verse como negativos, pero en realidad, mientras la tierra este siendo removida y aflojada, puede darse un poco más de oportunidad para movimientos culturales y artísticos que, mientras están actuando en lo político, podrían abarcar un buen espacio para lograr una decolonización del pensamiento para posteriormente llegar al proceso de la sanación, o podría ser llevado simultáneamente.
Respecto a esto, en una visita a Guatemala en una entrevista con personal de la Bienal de Arte Paiz, ha opinado Mignolo (2014):
“La sanación –el healing- ya está instalado en varias partes. Está relacionada con la espiritualidad, la cosa afectiva, racionalidad, corporal, progresista. Hay ya un contexto de conversación que debería de extenderse hacia la comprensión de la historia. Si comprendemos como se ha ido fortaleciendo esa herida puede ser más fácil comprender como tomar una posición ante esa estructura de dominio” (p.46)
Como conclusión puedo aportar que libros como Sentirse Desnuda llevan una carga cultural e importancia muy grande y necesaria para la actual literatura Guatemalteca, desde la forma en la que se ha escrito hasta los temas que abarca.
El margen de aceptación para un libro como este podría ser de utilidad como medición para saber cuál es el avance en materia de cultura en Guatemala.
La producción literaria con este grado de franqueza es necesaria y urgente para un avance que permita tocar temas con absoluta naturalidad para ser tratados y mejorados.