Compilado por:
Lic. Max Araujo
Ex Viceministro de Cultura
Experto en Legislación Cultural
En el encuentro efectuado en Colombia mencionado al principio de este trabajo, estuvo presente el Dr. Edgar Montiel, un experto en el tema de la Diplomacia Cultural, en ese entonces Jefe de la División de Políticas Culturales y Diálogo Intercultural de la UNESCO y quien hasta hace poco fue el encargado de la Oficina de UNESCO en Guatemala.Es por ello y gracias a su experiencia y entusiasmo que muchos guatemaltecos nos interesamos en el tema. En esa ocasión el Dr. Montiel presentó una ponencia que tituló “La cultura, recurso estratégico de la política internacional, introducción al concepto en donde sostiene que cuando ocurrieron los lamentables sucesos del 11 de septiembre de 2001 (el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York):
“…fue inesperado observar cómo los interrogantes se dirigían hacia la cultura para buscar allí -y no en la economía o la política- las respuestas y las claves para entender lo ocurrido. En efecto, en un contexto de interculturalidad efervescente y de magnificación del poder simbólico, la cultura se ha vuelto una práctica social colectiva cada vez más influyente en las relaciones internacionales, incluida por primera vez en las prioridades de la agenda internacional, cuya adecuada “gestión” puede hacer de ella un recurso estratégico para la gobernanza, el desarrollo y la diplomacia mundial……” (Documento elaborado por Observatorio Vasco de la Cultura)
“La cultura, a pesar de la visión convencional que quiere hacer de ella una práctica libre de todo tipo de influencias, nunca es neutra. Al contrario, es un elemento estratégico de primer orden, quizá el más influyente, por su versatilidad y plasticidad, pues actúa en el campo discerniente de las conciencias y las conductas. Buena razón para revalorar la riqueza cultural de la región, pues se trata de un acervo excepcional presto para reforzar la presencia internacional de América Latina. Estimulada por este fecundo patrimonio, la creatividad de esta región muestra su potencialidad en muy diversos campos. Su aceptación internacional reside en que es percibida como una sensibilidad distinta en el escenario cultural mundial”. (Informe del Encuentro Andino sobre Diplomacia Cultural)
“En consecuencia, puede decirse que el modelo tradicional, que concebía las relaciones internacionales como relaciones exclusivas entre Estados (relaciones interestatales), ha sido corregido y completado en las últimas décadas pues junto a la elevada influencia de los intercambios comerciales y de las corporaciones internacionales en las relaciones entre Estados, cada vez se incorporan a ella más entidades no gubernamentales. Esta nueva forma de gobernanza global es considerada como un multilateralismo complejo (0’Brien, 2000) en él que interactúan no solo dos o más Estados, sino también otros componentes de la sociedad, como son las ONG, universidades, entidades regionales, las asociaciones representativas de la sociedad civil como los grupos empresariales, sindicatos, pueblos indígenas, asociaciones profesionales, de migrantes, etc., quienes influyen en las decisiones interestatales.
No sólo la manera como es enfocada la actividad diplomática ha sido influida por la participación de estos “nuevos” actores, sino también por la intervención de instituciones multilaterales como la ONU, OMS, UNESCO, OIT etc., que se suman a los organismos ya conocidos por su acción intergubernamental como la OMC o el Banco Mundial. Los organismos internacionales, además de trabajar con los sectores oficiales de sus Estados miembros se esfuerzan para interactuar mejor con los representantes de la sociedad civil. (Informe del Encuentro Andino sobre Diplomacia Cultural)
Otro aspecto que se considera relevante cuando hablamos de las relaciones internacionales, es la creciente interdependencia entre Estados (Nye y Keohane, 1977). La gestión global de los recursos naturales, el manejo planetario del agua, el oxígeno, el clima, el combate a las redes mafiosas internacionales y a la expansión de brotes de violencia, invitan a un trabajo concertado, complementario y coordinado entre todos los Estados del planeta. Un clima de entendimiento, de paz y desarrollo, ayuda a la búsqueda de consensos y de cooperación, lo que a la larga resulta beneficioso para todos. Una vía privilegiada para este fin, es la participación en los organismos internacionales, que permiten a los estados adoptar acuerdos y normas que no son el resultado de la imposición sino de la negociación, el consenso o la aceptación mayoritaria.
Una situación de desavenencia permanente al interior de los Estados, o entre Estados, favorece el incremento de la pobreza y la presencia de grupos extremistas, repercutiendo en la seguridad (colectiva) de muchas naciones, sean grandes o pequeñas. En estos contextos surge la cultura como un recurso para la cohesión social, el diálogo entre los pueblos, la paz social y el desarrollo compartido. La cultura es un recurso versátil” (Informe del Encuentro Andino sobre Diplomacia Cultural)