Escrito por:
*Luis Manuel Muñoz Lemus y
Walter Enrique Gutiérrez Molina
Publicado en Diario de Centroamérica
-9 de abril de 2017
Las piernas que aunque no eran originales de la talla, también fueron alteradas, cambiando los pies para darle otra postura, con resultado poco afortunado. Dos capas de repintes cubrían el encarnado antiguo, mucho del cual había sido raspado y lijado para intentar eliminarlo, lo que afortunadamente no se consiguió en su totalidad.
Jesús Nazareno tenía el cuerpo recubierto casi por completo con resina automotriz posteriormente pintada. Presentaba injertos de madera de distintas calidades y tenía los brazos fijados con grandes tornillos.
En 1993 se le retiró la peana original y se sustituyó por una muy pesada, donde apoyaba su pie derecho sobre un trozo de madera rústica De igual forma el ensamble en ambos tobillos estaba completamente desprendido, con muestras de haberse intentado corregir en varias oportunidades.
Los repintes y pastas para mimetizar los daños que la imagen sufría fueron invasivos en el resto del encarnado, buena parte de la superficie y del color original estaba alterado, agregándose sangre indiscriminadamente, sobre todo en la frente, donde se intentaba ocultar los daños ocasionados por el roce de la corona de espinas. Un manchón rojizo en su pómulo izquierdo fue hecho hace algunos años, pues, fotografías antiguas revelan que no existía. Las manos estaban cubiertas casi en su totalidad de repintes para cubrir los daños y se notó la reposición de tres dedos de la mano izquierda con una talla de mala calidad y pintados sin ningún cuidado.
Lágrimas de vidrio
Las cejas y las lágrimas de vidrio de Jesús han sido un tema muy discutido, las primeras por tener una larga historia de repintes y cambio de tamaño, color y forma; y las segundas, a pesar de ser consideradas un rasgo tradicional de la imagen, no son originales; además, son de mala calidad. Los grandes escurrimientos y manchas por aceites oxidados y las gruesas capas de suciedad se encargaron de ocultar el resto de los daños, pero al mismo tiempo le daban ese triste aspecto de deterioro reconocido por todos sus feligreses.
Un tratamiento correctivo
San Felipe Neri fue reforzado estructuralmente, se consolidó la madera en malas condiciones, los goznes debieron cambiarse y se hizo una peana nueva acorde con sus dimensiones. Se eliminaron todos los repintes y el color antiguo se consolidó para luego reponer el faltante con todos los detalles del rostro que se habían perdido completamente. Se trabajó una estructura metálica para sujetarlo adecuadamente. Gracias al entusiasmo y las donaciones de un grupo de personas interesadas en devolver el esplendor a la imagen, fue posible recuperar sus elementos iconográficos resaltados en la hermosa orfebrería que ahora luce.
Jesús Nazareno fue atendido a profundidad, primero retirando las capas de resina automotriz sobre todo el cuerpo, luego las pastas, clavos y tornillos que le hacían daño, aun cuando se debió dejar algunos para evitarle mayores agresiones al intentar extraerlos, igualmente se trataron para evitar su corrosión. Los ensambles y uniones de la talla fueron ajustados y se retiraron las maderas agregadas con mal procedimiento y calidad, y se desprendieron las piezas mal pegadas. Se hizo una nueva peana, menos pesada, donde se restituyeron los parales que le habían sido removidos y que le dan soporte a la escultura.
Al retirar los repintes, pastas y aceites oscurecidos, se pudo rescatar el color en todo su esplendor y apreciar mejor el excelente trabajo de la sangre y moretones. Los vestigios originales de las cejas, recuperados luego de esta limpieza, sirvieron como base para completar los faltantes y así devolverle definitivamente la forma y color originarios.
* Maestría en Historia del Arte,
Universidad de San Carlos de Guatemala