De la Política Cultural Exterior de Guatemala -Propuesta- (1 de 4)

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De la Política Cultural Exterior de Guatemala -Propuesta- (2 de 4)
octubre 25, 2016

requenaPor:
Lic. Haroldo Requena
Asesor Cultural
Colaboración para la
Red Nacional de Gestores Culturales

(a)Primera parte tomada  trabajo que elaboró Max Araujo en el año 2011.
¿Qué es una política cultural exterior? En cuanto al tema de Política Cultural Exterior el doctor Camilo Reyes Rodríguez, ex Viceministro de Relaciones Exteriores  de Colombia, expresó en la introducción del texto que contiene el informe del  Encuentro  Diplomacia Cultural, para la región andina; que se llevó a cabo en Bogotá Colombia, en el año 2007, expresa “los países de  la región andina están otorgando un papel  fundamental en  la formulación e implementación de su política exterior al fortalecimiento de sus relaciones culturales y a la promoción de su cultura nacional.”…. “Todos coincidimos, afirmó, en que al hablar de cultura, nos referimos a lo que  somos, a lo más profundo de nuestras identidades, a las huellas de nuestra memoria como sociedad.

O como diría acertadamente Carlos Fuentes, “a nuestros modos de ser y nuestras maneras de soñar… Es por ello que la cultura es una de las piezas centrales de la política exterior de un país. En este sentido, debemos diseñar una política cultural para la promoción de nuestros países en el exterior, que se base en la riqueza de nuestra diversidad cultural, que acoja desde las manifestaciones más populares hasta las más experimentales y contemporáneas”.

“Lo anterior, debe sumarse”, continuó diciendo, “a los esfuerzos que hemos desplegado en diferentes instancias; por ejemplo, en el marco de la Comunidad Andina estamos comprometidos a trabajar en torno a tres áreas, como son: el desarrollo de las  industrias culturales; la preservación y protección del patrimonio cultural, material e  inmaterial y, el fortalecimiento y promoción de la diversidad cultural.

En el  fortalecimiento y promoción de  la diversidad cultural nuestras  acciones se han dirigido a preservar la identidad cultural andina, a trabajar  por la salvaguardia de nuestras distintas expresiones culturales y artísticas, a promover  el  diálogo  intercultural  como  vía  para  profundizar el  entendimiento entre los pueblos andinos y proteger las culturas indígenas” (1)Informe del  Encuentro Andino sobre Diplomacia Cultural

¿Qué  es diplomacia cultural?

Según un informe elaborado  por el Observatorio Vasco de la Cultura (España)  “El  uso  del  término  diplomacia  cultural  es  relativamente  nuevo  dentro  de  las  relaciones internacionales,  si  bien  la  estrategia  cultural  ha  formado  siempre  parte  de  la  diplomacia tradicional.

La cultura se sitúa como una de  las principales  tarjetas de presentación de muchos países,  en  su  esfuerzo  para  promocionar  una  imagen  característica  que  les  ayude  a  conseguir sus otros  retos políticos o de posicionamiento  internacional.  Pero más  allá de  este  aspecto,  la diplomacia cultural  juega un  rol de vital  importancia en las actuales  relaciones  internacionales.

Los  intercambios  culturales  permiten conocer y cimentar puntos en  común  y  de  acuerdo  con otras  realidades. De  ser  considerada  como  una  parte  soft  de  las  relaciones  internacionales,  la diplomacia cultural gana terreno para situarse al mismo nivel que la diplomacia tradicional” (Documento elaborado por Observatorio Vasco de la Cultura)

Este informe explica “que el concepto de diplomacia cultural no es nuevo, es tan antiguo como la  propia  diplomacia. Todos  los  sistemas  políticos  han  utilizado  la  cultura  y  el  arte  para mostrarse al exterior e,  incluso en algún caso, para  imponerse. Lo que diferencia  la diplomacia cultural  de  antes  y  la  actual  es  su objeto de trabajo ante una realidad actual mucho más compleja. La  diplomacia  cultural  debe  ocuparse  de muchos  más  asuntos  y  más  variados.

Por ejemplo, dice, la diplomacia cultural puede encargarse de parte de la promoción exterior de un país; o bien puede utilizarse como parte de la política de cooperación internacional. El  antecedente  más  claro  para  entender  lo  que  hoy  en  día  es  la  diplomacia  cultural  lo encontramos  en el soft power de Joseph Nye, que desarrolló en dos obras “ Bound to Lead: The Changing Nature of American Power”  (1990), y  “Soft Power: The Means to Success  in World Politics” (2004).

Nye definió el soft power como la capacidad de un Estado de conseguir sus objetivos no a  través de amenazas y  recompensas económicas, sino a  través de  la atracción y la persuasión hacia  las  políticas,  la  cultura  o  los  ideales  del  país. El  autor  analiza  los  límites que la  fuerza militar de los Estados  Unidos  tiene  en  relación con  sus  aliados  o  potencias menores  y,  cómo  el poder blando puede ayudar a superar ciertas barreras.

Así pues, el soft power puede entenderse también a través de la  contraposición  al  hard  power,  o sea la  habilidad  coercitiva que utiliza  la diplomacia tradicional.

La diplomacia cultural también debe entenderse como una práctica muy vinculada a la diplomacia pública.  Tal  y  como  la  definió  el  autor  noruego  Erik  Rudeng, la diplomacia  pública  es  aquel conjunto de acciones mediante las cuales  los gobiernos  se dirigen directamente a la población de otro país. La diplomacia tradicional, dice este noruego, puede ser descrita como las relaciones que se establecen entre  instituciones  al más  alto nivel;  en  cambio,  la diplomacia pública  se  encarga de  cómo un país se comunica con la ciudadanía de otros Estados. Es por ello que la diplomacia pública basa su fuerza en la atracción.

El  aumento del peso que la diplomacia pública está  experimentando  sobre  el conjunto de las relaciones internacionales plantea un escenario mundial diferente. Así mismo, la reflexión sobre la diplomacia cultural no puede sustraerse de un debate de fondo sobre el  concepto de  cultura.

En el  siglo XXI  la  cultura  ya no  se entiende de  forma unívoca.  El concepto  actual de  cultura  se basa  en  la  complejidad  y  la pluralidad,  en  el  sentido que  en  las sociedades actuales no hay una única forma de vivir y de entender el hecho cultural. Es por ello que  hay  que  hacer  referencia  a  las  expresiones  culturales,  a  las  identidades  múltiples,  en definitiva a  las  culturas.

Este  concepto mutante, diverso, complejo es con el que debe  trabajar hoy en día la diplomacia cultural” (Documento elaborado por Observatorio Vasco de la Cultura).  En consecuencia el Observatorio Vasco de la Cultura define a la Diplomacia Cultural, así: (es) “el conjunto de  relaciones que  sitúan los valores y los recursos  culturales como los elementos centrales para  difundir las expresiones culturales de una  sociedad o para  levantar  puentes  de  diálogo  entre  personas y pueblos distintos”. (Documento elaborado por Observatorio Vasco de la Cultura)

Importancia de la Diplomacia Cultural

El texto citado del Observatorio Vasco para la  Cultura nos dice: “En el contexto  internacional, debido a  los cambios sucedidos en  la relación de fuerzas desde  la Guerra Fría, la diplomacia pública ha ido ganando terreno y, a  la par, lo ha hecho  la diplomacia cultural. Así, en muchos ámbitos se considera que la diplomacia cultural es fundamental hoy en día. Si bien es cierto que por el hecho de existir cualquier expresión cultural ya es importante, también lo es que será más fuerte cuanto más reconocimiento tenga por parte de otros. En este contexto, la diplomacia cultural ayuda a ubicar en el mundo, a hacer más presentes a aquellas culturas de dimensión más pequeña. Así (también) se perfilan dos grandes estrategias para situarse culturalmente en el mundo: La clásica, la que históricamente han adoptado los Estados más grandes y con más recursos. La más actual, basada en aprovechar la conectividad internacional.

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