Ponencia:
Francisco Roberto Gutiérrez
Ponencia en Seminario Cultural
06 de junio de 2017
Está claro que el asunto de las políticas públicas no se debe agotar en lo gubernamental, pero es a fin de cuentas el Gobierno el que dirige las acciones de Estado, y para ello las políticas públicas. El asunto es, entonces, cómo la sociedad, y sus actores, logran avanzar propuestas de política pública que sean, además de sustentadas y respaldadas por la sociedad, respuesta a necesidades reales, y no solo sentidas.
Estrategias Locales
Dicho lo anterior en forma más contundente, se puede sintetizar en que hay dos formas “teóricas” y estratégicas de implementar una política pública:
De “arriba para abajo”, la forma tradicional, desde el gobierno, el que, a partir de propuestas programáticas, o, en el mejor de los casos a partir de consultas y diálogos, establece la política que desea implementar, para lo cual promueve y gestiona la LEY, establece la o las instituciones que la accionarán, y luego instala los organismos que la implementarán. Este recorrido “tradicional” de política pública ha creado algunas que son asumidas por la sociedad, y otras que no, la mayoría me atrevería a denunciar. La razón es que no provienen de las necesidades e intereses más genuinos de la sociedad, sino, más bien, de los intereses e ideologías de los que ostentan el poder.
La otra forma de implementación de una política pública es de “abajo para arriba”, a partir de un movimiento social que crea los organismos, los institucionaliza y a partir de ello se crea la LEY, que le dará respaldo y permanencia en el tiempo. Esta mecánica es más compleja y por supuesto requiere más tiempo. La complejidad se da en que debe ser verdaderamente una propuesta que sea aceptable en cuanto que no colisione con intereses de grupos sociales importantes. Y que haya sido suficientemente analizada y consensuada.
Quisiera poner un ejemplo, el de los Grupos Gestores. Los Grupos Gestores son asociaciones constituidas en el Municipio, integradas por empresarios, académicos, profesionales y el Gobierno local para identificar las potencialidades económicas y las dificultades que inhiben que esas potencialidades se hagan eficaces y, a partir de esos hallazgos, se gestan y gestionan proyectos productivos y de mejora del clima de negocios. El tema se volvió un verdadero movimiento social, pues tiene las tres características: hay una inconformidad con la situación actual (falta de oportunidades de empleo), líderes comunitarios ven que hay una estrategia o metodología que podrían utilizar, (la de los Grupos Gestores), y deciden adherirse libre, voluntariamente al movimiento; y además ad-honorem.
Esto es un movimiento social. Pues bien, este movimiento social cuenta ya con organismos (la base para constituir una política pública); en más de 100 Municipios (de 18 Departamentos) existen como asociaciones legalmente inscritas. Cuentan además con oficinas regionales que les dan asistencia a los diversos grupos.
El primer Grupo Gestor surgió de una “necesidad real y sentida”. A partir de una encuesta se conoció (hace ahora 15 años), que la principal preocupación de los ciudadanos de Quetzaltenango era “la economía”, manifestada como falta de oportunidades de empleo o autoempleo. Al conocerse éste hallazgo, un pequeño grupo de líderes locales (empresarios por el tema a tratar), se convocó, e inicio un proceso de análisis para la búsqueda de alternativas para procurar resolver ése problema detectado.