Lic. Max Araujo
Viceministro de Cultura
Colaboración especial
Guatemala es un país con un rico y variado patrimonio cultural, tangible o material, e intangible o inmaterial, que necesita ser salvaguardado por una serie de razones, entre ellas porque es identitario, porque fortalece la cohesión social de las comunidades, su sentido de pertenencia, la autoestima y el orgullo individual y colectivo, pero también porque la cultura es un motor de desarrollo integral de los pueblos, siendo uno de sus efectos porque genera ingresos económicos para hacedores y portadores de expresiones culturales, o por industrias culturales establecidas en el país. Contribuye además a fomentar la paz social y a la lucha contra la violencia, males ancestrales y contemporáneos.
Administrativamente Guatemala se divide, en este momento, en 338 municipios. Cada uno de estos tiene un patrimonio cultural que le caracteriza y que le da identidad propia, pero que también le genera movimientos económicos, no solo por la naturaleza en si misma de este patrimonio sino también por el turismo, tanto nacional como internacional, que los visita, principalmente por tener un sitio o un lugar que se considera importante, digno de ser visitado, o por sus expresiones artísticas, representadas en festivales y ferias, o por sus expresiones culturales tradicionales, entre ellas sus gastronómicas, sus artesanías y sus fiestas patronales y religiosas, pero también por las industrias culturales que tienen su sede en el municipio.
Desde el punto de vista legal cada municipio es autónomo, lo que significa que puede tomar decisiones, administrarse, con los alcances y limitaciones que le imponen las leyes generales y las administraciones nacionales, ya que los municipios forman parte del país, por lo que responden a normativas generales. Dentro de las posibilidades que tienen los municipios están las de implementar políticas públicas locales de desarrollo, entre ellas las culturales, que les permitan tomar decisiones importantes relacionadas con su patrimonio cultural local, entre ellas las de “salvaguardia” del mismo, entendida esta como la recuperación, la restauración, la reconstrucción, la defensa, la conservación, la promoción y difusión, que se manifiestan en acciones, proyectos y programas. Es el caso que hasta el momento ningún municipio de Guatemala cuenta con políticas culturales, aunque si, afortunadamente, tienen programas que se materializan en escuelas municipales de arte, en apoyo a sus fiestas patronales y en acciones de salvaguardia de determinados patrimonios como artesanías, o en el mantenimiento de edificios, parques tradicionales y en construcciones emblemáticas. Algunos apoyan también casas de cultura, festivales de alguna expresión artística o tradicional. Un ejemplo de ello son las tradiciones navideñas y los cortejos procesionales para la Semana Santa.
El contar con políticas municipales de cultura, permite que se entienda por qué y para que de cada expresión o de cada apoyo, que se tome conciencia del valor que cada expresión cultural tiene, entre ellas las artísticas, para cada municipio o para cada localidad o sector de un municipio, y para que se focalicen las acciones, proyectos, y programas en cada área del patrimonio cultural, entre ellos los de apoyo económico o de estímulo, por los beneficios, o retorno, que traen para cada sector atenido o en forma general para todos. De esa forma se entiende que una cantidad de dinero para un proyecto no es un gasto sino una inversión que trae muchos beneficios. Pero que también contribuye a la paz social, a la lucha contra el racismo, la exclusión, la pobreza, la extrema pobreza y contra la delincuencia, así como al respeto de la pertenencia cultural y étnica de las personas que viven en los municipios.
Entre las posibilidades que tienen los municipios en cuanto a la cultura, se encuentra la declaratoria de Patrimonios Culturales municipales o de fiestas de interés turístico, así como en el reconocimiento de sus valores, de sus creadores, de sus personajes, de su historia, de sus tradiciones. Etc. En ese sentido existen tantas posibilidades como se quieran.
Debe quedar claro que las Políticas Culturales Municipales son hijas de las Políticas Culturales Nacionales, dicho esto metafóricamente, como consecuencia no deben contradecirlas. Tampoco pretenden sustituir el trabajo que desarrolla el Ministerio de Cultura respectivo ni otras entidades de gobierno que tienen como objetivo la salvaguardia de patrimonios culturales. Son parte también del desarrollo del Plan Nacional de Desarrollo Cultural. Lo que pretenden es colaborar y asumir un compromiso en el rescate, mantenimiento, difusión y promoción, de las expresiones culturales locales, por los beneficios directos que traerán para las personas que viven en los municipios, y en determinados casos hacerlo bajo la dirección, supervisión, lineamientos o cooperación con las otras autoridades encargadas de la salvaguardia del patrimonio cultural.