Texto de:
Juan Antonio Canel Cabrera
Escritor
26 de diciembre de 2017
Por lo que respecta a los componentes anecdóticos de muchos de los Cuentos fantásticos, uno de ellos es lo fantasmal. Se trata de una fantasmalidad que no llega al miedo terrorífico pero que contribuye a crear un ámbito de tensión, suspenso, misterio, intriga y curiosidad tan necesarios para que el interés narrativo no decaiga.
Algo que uno debe agradecerle a Chente es, también, la sencillez. No está presente solo en la estructura de los cuentos sino; sobre todo en el lenguaje, que no es empalagoso y, a la vez, permite la elegancia. La sencillez es una cualidad que él emplea a lo largo de todo el libro. No es que Chente no se valga de las más modernas técnicas narrativas sino que uno, como lector, no se percata de ellas. En tal sentido, los variados puntos de vista narrativos que emplea no se advierten de inmediato. Las diversas temporalidades que emplea en sus relatos tienen la magia de hacernos sentir que las estamos viviendo en el presente, aunque sean pasadas o futuras, tal el caso, por ejemplo, de “Los colonos” donde la temporalidad está situada en el año 2144; o, “El kalífono”, que ocurre en 1969 Por otro lado, lo mágico es siempre un componente de la cultura de los pueblos que, en la realidad, parece mantenerse a cierta distancia de lo urbano; Chente lo concita en muchos de sus relatos constatando que las supersticiones aún tienen un fuerte arraigo en la gente urbana.
En tal sentido, la mayoría de los cuentos de Chente son una fusión de magia y realidad; de intuición y razón; de lo palpable y lo fantasmal que uno puede advertir, por ejemplo, en los cuentos “Ejecuciones extrajudiciales” en “El guardián del Registro” o en “El hombre que dormía en el campo santo”, “Metamorfosis”, “Don Goyo”, “El longevo”, “El monje” y, especialmente en “Entre el amor y el deseo”. Lo mágico es un recurso que Chente utiliza para realizar viajes al interior de las personas; tal el caso, por ejemplo del cuento “El espejo giratorio”.
En esa magia que Chente nos muestra en sus cuentos confluyen lo cósmico, la superstición, la premonición, el mal de ojo, los artificios de la brujería, lo fantasmal, y lo sobrenatural como formas de conocimiento que desdeñamos en público pero que laten en nuestras intimidades.
En los cuentos de Chente también hay un componente muy importante que ayuda a darles soporte anecdótico: la tradición popular. Este componente fluye no como artificio folklórico sino como parte de la identidad personal que nos ha sido moldeada por la cultura, por los arraigos geográficos y por la interrelación cotidiana con las personas. Esa característica de la cuentística de Chente la hace propicia para leerse en público, para contarse de manera oral, para disfrutarlos en la intimidad y para que, con el tiempo, rueden de boca en boca y lleguen a constituir un patrimonio nuestro permanente.
El cuento “La roca”, por ejemplo, contiene las honduras de lo tradicional y de la cultura de nuestros ancestros; además, la carga didáctica que tiene lo hace especialmente memorable. El cuento “Los compadres” también es una muestra de cómo la tradición popular es tan importante en el libro de Chente. En este caso, la leyenda de los compadres que se vuelven roca porque fornican antes de llegar al templo de Esquipulas; él la convierte en un cuento que es una delicia porque, a uno le dan ganas de tener una comadre, mejor si está como Dios manda y con ayuno sexual, para poder hacer todo lo que ustedes se están imaginando en este momento.
En el libro Cuentos fantásticos, de Chente, se cumple a cabalidad lo que, parodiando a Cortázar, debe ocurrir: en el cuento la situación narrativa debe resolverse por nocaut, a diferencia de la novela que debe dirimirse por asaltos.
Y bien, para concluir con este comentario, quiero aportar mi humilde opinión de lector lleno de babosadas: Cuentos fantásticos, de Chente Vásquez, es una joya narrativa que todos deben apresurarse a leer si la quieren pasar bien. En ellos el autor muestra su maestría y oficio literario que son el sello que dota de calidad a sus relatos. Sobre todo la lectura de los veinte primeros cuentos del libro es, sin babosadas, un orgasmo literario.
Fuente: http://lahora.gt/cuentos-fantasticos-chente-vasquez/#prettyPhoto